Toro, Valle del Cauca
Escritos, Crónicas o Poesía

Una Muestra del Talento con las Letras de Nuestros Toresanos

Ver Todos

TRASNOCHO  Y  EL REGINA SON SINÓNIMOS


El único que logró desbandar a las hormigas coloradas, que ya se habían apoderado de los verdes senderos del Parque Recreacional, fue Gilberto Sarria (trasnocho). Caballero de tallas: M para camisa y 30 para pantalón, ojos con un aire oriental, y un color de piel entre caoba y negro jugando “A qué te cojo Ratón”. Toresano de fábrica, de los que nacieron en este suelo Melchoriano, con el firme propósito de nunca irse. De la generación que recibió su primera comunión de manos del padre Manzano. Parroquiano por devoción, miembro activo de la cofradía de caballeros de la misericordia e impulsores de la fe, en las calles: “El Carmen” y “Las Auras”. Y lucieron pantalones de los que confeccionaba Víctor Bedoya.
Él, al igual que muchos de nosotros, vivió una infancia: diáfana, fresca e inolvidable. Jugando bolas al cuadro, o en su defecto monedas a los cinco hoyos. Poniendo a bailar el trompo en la palma de la mano. Jugando fútbol en la cuadra con pelota de letras, porterías improvisadas con piedras, a veces con las camisas de los jugadores del equipo al que le encajarán el primer gol. Sobrinos de tías, que al vaivén de los vientos venidos de “Sabanazo” y “La chica, después de salir de misa vespertina, felices eran, dándole vueltas al parque. Tías, que así su belleza se hubiera reposado en la madurez, la moda de “Cola de caballo” y “El capul”; no les pasó de agache. 
También de tías que orinaban en bacinilla esmaltada, y jugaban al equilibrista circense, o, a la maroma simétrica sobre un cubo de madera en la letrina ubicada al fondo del patio, a un lado de el palo de mango, bajo temperaturas hasta de 27 grados. Sintiendo la suave caricia de el periódico de ayer. La vergüenza para ellas estaba lejana de cualquier perspectiva bizantina; esperando si con afán estoico, la llegada del papel higiénico FAMILIA ACOLCHAMAX.
Gilberto, laboralmente se inició como empleado de don Arturo Lemos Borja. Ofrecerse voluntariamente para descargar de un camión, diez sacos de alimento para aves, fue su carta de recomendación. Instituto Nacional Agropecuario (INA), una de las políticas públicas transitorias del gobierno de turno, consistente en abrir centros de acopio regionales, y en los municipios puntos de venta con el fin de distribuir productos de primera necesidad a precios   favorables. Tuvo en Toro como receptor, dicho instituto, al señor Lemos Borja. Gilberto, de ser uno de sus siete empleados, pasó a ser su asesor financiero y administrativo; “Su mano derecha”.
La familia Palacios, de los afectos de Gilberto, le invitaron a través de una tentadora oferta de empleo para laborar en Pereira, en un “Granero” que proyectaban abrir allí. Don Arturo, ante aquella disyuntiva derivada de la decisión que debería tomar Gilberto, contrapunteó la propuesta de la familia invitante, ofreciéndole en calidad de arrendamiento el famoso tertuliadero de la sociedad Toresana: “BAR REGINA”. Sitio abierto al público en el año de 1945.
Gilberto de muy buena gana aceptó la oferta. “El trompo puchador” para este relevo administrativo, recayó en Alfonso “Cuete”, el progenitor de “Los Chispunes”. Hasta entonces administrador del emblemático “REGINA”. Sus labores de obligado cumplimiento en horario nocturno, y, así, fundamento de primer orden dentro de su manual de funciones, le concedió licencia de mofa vestida de esmoquin al sin oficio que le escrituró el remoquete de “TRASNOCHO”.
“El Club Caribe” para la rumba, y para mascar arete bailando boleros. “EL REGINA”, para la tertulia al deleite de: “Costeñita” (botellita verde), “Póker”, “Ron Valle” y “Aguardiente blanco del Valle”. Estar al frente de “EL REGINA”, le permitió ampliar su repertorio: se puso en pie como concluyendo una empezada reflexión. Pintado y pintadito, tinto de buena fama hecho en greca italiana. Pandebono y pandeyuca, tremendo casado. Algo de gastronomía como novedad. Al piano (Rocola), la ubicó a la entrada del bar, por la puerta que da al parque. Las estudiantes del colegio “De las monjas”, le introducían las monedas de sus onces, y los bohemios asistentes, sobregirados “De tusa”, derramando lágrimas, bañaban con ellas su desamor, al cabo de apostarle a la melodía que le atinase como esquivo paliativo.
No prestó nunca atención a pláticas apocalípticas. Con propósito resolutorio buscó siempre darle al “REGINA”, un carácter netamente social. A excepción de esporádicas e intrascendentes riñas de borrachos, y fortuitos alegatos por causa de desamores; durante su administración, los inspectores de policía de turno, jamás ejecutaron allí, levantamiento de cadáver alguno.
Que alce la mano quien no se halla sentado con aire de libertad, en una “Curul” de el “REGINA”. Buscando olvidar penas por una ingrata, o recordar a la que le correspondía, escuchando a: Javier Solís, Antonio Aguilar, Toña la negra, Felipe Pírela, Raúl Garcés, Alci Acosta, Julio Jaramillo, Olimpo Cárdenas, Los Ángeles Negros, Los Galos, Los Terrícolas, Los Iracundos, Camilo Sexto, Sandro, Sabu, Claudia de Colombia, Greta, Isadora… La lista es larga amigo lector.
Gilberto, al cerrar su ciclo como arrendatario de aquel inolvidable bar. Se dedicó de lleno a su pequeña finca. Pues es él, un esmirriado depósito de ideas ocultas. Allí tuvo tiempo de darles tránsito, y vivir la dicha de realizarlas. El bicho de la política empezó a rodearlo, al punto de hacerlo presa fácil. En el año de 1988 entró en vigencia el mecanismo de elección popular para elegir: Gobernadores, alcaldes, Diputados y concejales. Dejando atrás la manida usanza de elegirlos “a Dedo”, producto de ternas cuyo único mérito era un buen padrinazgo político. Salió electo concejal, estrenando el citado mecanismo. Más adelante, en la administración del señor Wilson Jaramillo, se desempeñó como secretario de obras públicas, desde donde contribuyó a que mucho sector, llegase el servicio de alcantarillado.
Su etéreo comportamiento en todos y cada uno de los frentes de trabajo, a los que ha tenido acceso, le permiten mantener una vigencia con sabor a Gloria, a quien le dio lustre al “REGINA”.
Trasnocho y el “REGINA” son sinónimos. Inolvidables como “La Piragua” y “La Pollera Colora”. Suficientes méritos entonces para aspirar ser alcalde de los Toresanos. Teniendo como contrincante al señor José Antonio Victoria, en el año de 1994, por 83 votos se le escapó la oportunidad de lograrlo. Pero su vocación de servicio a la comunidad Toresana, no se detuvo ahí. Hoy continua su labor al frente de los destinos de EL PARQUE RECREACIONAL. Se enorgullece de ser el padre de: María Andrea, Angi Nathalia, Jhon Gilberto, Cristian Camilo, y el abuelo de Valentina. Continuar con su legado, su bandera.
LA OTRA HISTORIA DE TORO EN CRÓNICAS, es un libro próximo a publicarse. Con el no pretendo ser línea de quiebre con la ya escrita por el señor Diógenes Piedrahita, y otros importantes historiadores de entonces, investigaciones que hoy reposan en importantes textos de consulta. Tampoco reconocimiento distinto al que usted como lector me brinda. En todas y cada una de sus líneas se manifiesta mi alegría plena. En sus diptongos, triptongos, verbos, sustantivos, adjetivos, y signos de admiración e interrogación: mi ADN se proclama.


Wilson Ceballos Buitrago
Lunes 16 de Agosto de 2021